“Si hay doctrina, si hay tantas cosas en esta vida que apreciar, te apreciamos a ti por tu forma, apreciamos a todos los compañeros de la prensa, porque ellos son los artistas a quienes debemos apreciar”. Estas fueron las palabras con que la señora Juana Evangelista Martínez Luna recibió a los reporteros de este medio, quienes le realizaron una entrevista especial, debido a que hoy cumple 100 años de edad. Es morena, todavía mantiene una considerable cantidad de masa muscular, se desplaza con un bastón, presenta problemas de audición, es de pocas palabras, pero con amplio sentido del humor, esta centenaria mujer oriunda de un pueblecito llamado Jamao, en Santiago, quien a pesar de todas las adversidades de la vida que tuvo que pasar, aún sigue viva para contarles sus experiencias a sus tataranietos y choznos. Doña Juana proviene de una familia humilde, pero le proporcionaron la educación necesaria para poder ensenarles a otros. Por eso, además de haberse ganado la vida rifando artefactos por 18 años, rezar en velorios y de paso, ser comadrona, tuvo el honor de alfabetizar a una gran cantidad de jóvenes en Sabaneta de Yásica, Puerto Plata, lugar donde residió por un largo periodo. “Imagínate ya uno a esa edad como la mía ¿Cómo uno se puede sentir? Tiene que sentirse demasiado bien para la época”, dijo Martínez. Actualmente vive en la Manzana 59 del sector Primaveral de Villa Mella con Milagros Martínez, de 56 años, una de los siete hijos que le sobreviven, de once que procreó con tres parejas. Milagros define a su madre como una persona educada, sencilla y humilde. Explicó que en 1986 decidió traerla desde Puerto Plata a Santo Domingo porque ya a los 74 años no podía sustentarse sola. Entre los recuerdos más bonitos que doña Juana cita están el baile y la lectura. Dijo muy emocionada que le encantaba ir a las fiestas a bailar Perico Ripiao con sus amigas y con su padre, Lino Martínez, quien tocaba el acordeón. “Por grande que fuera el libro yo no le temía porque a mí me gustaba la lectura”, comentó la dama, quien resaltó que su libro favorito es la Biblia y también leía el periódico LISTÍN DIARIO en su época. Doña Juana también recuerda el buen trato que recibió en la casa de la hermana del fenecido presidente Joaquín Balaguer, Ana Teresa Balaguer (Laita), donde trabajó por varios años como sirvienta, luego de tener a su primera hija. Entre los aspectos que esta centenaria destacó desde el 1912 hasta estos tiempos está la delincuencia y el desarrollo del sistema de transporte en el país. Doña Juana insistió en que en su juventud la delincuencia no era muy común y resaltó la modernidad del transporte, ya que contó que antes tenía que realizar grandes recorridos a pies por la falta de vehículos. Agregó, además, que las mujeres en su tiempo tenían más vergüenza que las de ahora y que los hombres eran más caballerosos. Los familiares de doña Juana realizarán hoy en su honor una misa y una fiesta en el multiuso del sector donde vive, como una muestra del aprecio que le tienen los más de 80 individuos que conforman su descendencia. |