El Toyota Fun Vii, un automóvil compacto de 4.020 mm de longitud, 1.745 mm de ancho, 1.415 mm de alto y 2.759 mm entre ejes, está diseñado para el futuro. Pero un futuro que está muy cerca porque sus tecnologías se aplican en muchas áreas. Quizá impresione, no es para menos, que su carrocería exterior es totalmente personalizable a capricho del usuario y según su estado de ánimo, y podrá colocar en toda su envoltura cualquier imagen que su corazón le pida para las situaciones más insospechadas de la vida. Pero la interactividad del Fun Vii no se detiene aquí. De hecho, ese es el comienzo de una extraordinaria aventura con un coche que formará parte de tu vida y que será tu segunda piel, y que en todo momento te guiará por el mundo realizando un seguimiento de tus constantes vitales y de las condiciones ambientales para evitarte peligros, o que te permitirá conectarte con tus amigos y familiares en otros vehículos a través de la redes sociales.
La Toyota Motor Company dice que el Fun Vii, cuya configuración de tres plazas de asientos 2 + 1 y una súper pantalla expandible desde el salpicadero hasta el suelo totalizando el interior del vehículo, cuenta con el sistema de navegación más increíblemente avanzado y sofisticado que te puedas imaginar, ya que cuenta con un asistente, consejero y amigo, que te facilitará información útil en todo momento ya sea por donde debes ir, que debes evitar, donde tienes los servicios más cómodos y económicos, cuándo y cuánto debes descansar, y que tomará el control del coche, en parte, si estás cansado, indispuesto o muy nervioso, y avisará a las personas conocidas que estén más cercanas al punto donde te encuentres para prevenirles de su estado y de la conveniencia de atenderte.
La compañía japonesa no ha dado de momento muchas explicaciones técnicas, salvo que el coche dispone de techo solar con paneles fotovoltaicos en el exterior y un motor eléctrico en el interior. Los diseñadores sostienen que además de que el coche puede interactuar con los demás coches en la carretera, también los conductores pueden interactuar con él cuando no están cerca del coche. Muchas características del coche pueden ser manipuladas o controladas de forma remota, simplemente con un teléfono inteligente y hablando amigablemente con el coche.
El coche fantástico (Knight Rider) que conducía Michael Knight (David Hasselhoff) en los años 80, es un pardillo prehistórico al lado del Toyota Fun Vii.
