Saturday, June 5, 2010

Automoviles Volvo

Nadie morirá o será gravemente herido en un Volvo nuevo a partir de 2020. Esta es la afirmación que ha hecho Steven Armstrong, responsable de operaciones de la marca sueca durante una presentación del nuevo Volvo S60.



La marca se apoya en dos pilares fundamentales para hacer esa afirmación. En primer lugar la mejora de la protección en caso de impacto (seguridad pasiva), y en segundo lugar sistemas que eviten que ese accidente se produzca (seguridad activa). Es en la segunda parte de la ecuación donde Volvo está poniendo el acento.

En esta línea Volvo ha desarrollado dos sistemas que la marca ya está en condiciones de montar en sus vehículos de serie. Por un lado el sistema de detección de peatones para evitar atropellos y por otro lado el últimamente famoso City Safety.


En cuanto a sistemas que aún se encuentran en fase de desarrollo hay que destacar dos. Por un lado un dispositivo que mediante un GPS y la red móvil GSM es capaz de ponerse en contacto con el resto de vehículos de la vía y literalmente “mirar al otro lado de la esquina“; y por otro un sistema bastante más ambicioso, mediante el cual, basándose en el control de crucero adaptativo, varios vehículos serán capaces de circular formando un “tren de carretera“ sin necesidad de la intervención del conductor.

No me cabe duda de que Volvo ha liderado (en 1959 inventó el cinturón de seguridad de 3 puntos) y lo sigue haciendo la investigación y el desarrollo de sistemas de seguridad que han dado sus frutos, pero creo que una afirmación tan tajante es demasiado osada.

Es cierto que hay un precedente: entre 1989 y 1993 ningún conductor murió a bordo de su modelo 240 como consecuencia de un accidente, siendo este modelo el de menor tasa de mortalidad del periodo, aunque hay que decir que el objeto de estudio es demasiado pequeño como para atribuir exclusivamente este buen resultado a la seguridad del vehículo.



Creo que se están haciendo avances en materia de seguridad muy relevantes, y que sin duda contribuirán a que los accidentes de tráfico dejen de ser una de las principales causas de muerte en los países desarrollados (especialmente entre los menores de 30 años).

No obstante falta demasiado camino por recorrer como para poder afirmar que nadie morirá en un accidente en uno de sus vehículos, entre otras cosas porque hay que tener en cuenta el otro lado de la ecuación: las carreteras, que en no pocos puntos suspenden claramente en materia de seguridad.

Fuente: motorpasion.com